Tiempo
de ciencia
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Este es el grupo de postulados al Gran Premio Vida y
Obra a los investigadores Eméritos de Colombia. Arriba de
izquierda a derecha: Silvio Delvasto, Carlos Dávila
Ladrón de Guevara, Nelson Porras, Luis Fernando García,
María Cristina Ferro, Augusto Rivera, Alex Bustilloy
Moisés Wasserman.Abajo, de izquierda a derecha: Álvaro
Luis Morales, Gabriel Bedoya, José Darío
Aristizábal, Rubén Antonio Vargas, Manuel Elkin
Patarroyo, Aureliano Hernández y Luis Carlos Villamil. |
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INVESTIGADORES
EMÉRITOS 2014. Estos son 20 científicos eméritos
que han dedicado una vida a la investigación en Colombia.
Gran
parte de los investigadores y expertos en el tema de ciencia,
tecnología e innovación en Colombia (CT+I)
concuerdan en que el estado invierte poco en este sector y que el
país está rezagado en comparación con
otros países del mundo.
Razones no faltan para corroborar esta idea. en los últimos
13 años Colombia ha invertido alrededor del 0,4 por ciento
del producto interno Bruto (PIB) en esas actividades y tan solo cerca
del 0,15 por ciento en investigación y desarrollo (i+d). en
cambio, países de la región como argentina, Chile
y México han gastado el 0,4 por ciento del PIB en
investigación y desarrollo y cerca del 1 por ciento del PIB
en ese tipo de actividades. eso significa que los vecinos invierten el
doble.
La situación se vuelve más dramática
si se observa el porcentaje que ocupan los productos de alta
tecnología, es decir, los que fabrican las industrias
aeroespacial, informática, farmacéutica, de
instrumentos científicos y de maquinaria
eléctrica en las exportaciones de productos manufacturados
de un país.
Colombia sufrió un descenso al pasar del 8 por
ciento en 2000 al 5 en 2010. aunque la disminución de las
exportaciones de bienes de alta tecnología fue la regla
durante la primera década del siglo XXI en buena parte de
américa latina, países como Brasil y argentina
mantienen un porcentaje cercano al 10 por ciento.
Sin embargo, el panorama no es tan oscuro. Aunque pareciera
difícil de creer el sector ha crecido de manera exponencial
en los últimos años. Según un
análisis pub-licado en la revista Sumamente por
Félix de Moya, uno de los investigadores más
importantes en el desarrollo de la ciencia en Iberoamérica,
“entre 2003 y 2012 el país pasó del
puesto 57 al 48 en el ‘ranking’ mundial como
productor científico. De hecho creció en ciencia
más del 475 por ciento en ese periodo (incluso por encima de
China y Brasil), un logro que empieza a hacer creíble que
Colombia se situará en un futuro muy próximo de
acuerdo con el estatus socioeconómico que le cor-responde en
el contexto global”. Según el Banco Mundial, por
su Producto Interno Bruto PIB, Colombia ocupa el puesto 36.
A pesar de invertir menos que otros países en ciencia,
tecnología e innovación, el país ha
cosechado importantes frutos: quintuplicó su
producción científica, al pasar de 1.109 trabajos
en 2003 a 6.386 en 2012 y aumentó entre 2002 y 2011el
número de programas de doctorados en más de un
300 por ciento. Como consecuencia de ello, en ese periodo
creció el número de doctores graduados en
universidades del país al pasar de 32 a 258.
También se han destinado mayores recursos para becas de
doctorado en universidades dentro y fuera del país. Solo por
poner un ejemplo: en este tipo de programas Colciencias pasó
de otorgar 76 becas en 2002 a 516 en 2013.
Es cierto
que todavía falta mucho para alcanzar el nivel en ciencia,
tecnología e innovación de otros
países de la región. Si solo se toman las cifras
de la producción científica, Colombia
está aún lejos de producir los 59.854 trabajos de
Brasil o los 17.536 de Argentina. Sin embargo, lo importante es que el
asombroso avance que tuvo el país en el sector se produjo en
un contexto de violencia y agudización del conflicto armado.
Si todo este milagro ocurrió en medio de un panorama tan
desalentador, es válido hacerse la siguiente pregunta:
¿La ciencia, la tecnología y la
innovación crecerían mucho más
rápido con la firma de un tratado de paz y la
finalización del conflicto armado? Con toda seguridad la
respuesta es sí.
Todavía no existe un estudio que lo verifique de manera
categórica, pero para sustentarla puede tomarse el es-tudio
¿Qué ganaría Colombia con la paz? del
Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac).
Según los investigadores y autores del texto, si la paz con
la guerrilla se hubiera logrado en 2002, en los siguientes diez
años la economía colombiana habría
crecido el doble y el PIB en 2013 llegaría al 8,7 por ciento
y no al 4,3.
Esto significa que el crecimiento de la economía
habría permitido destinarle más recursos al
sector. Esto sin contar que con la finalización del
conflicto se podría disminuir un poco el presupuesto en
defensa y desviarlos al fortalecimiento de estos sectores.
Sin duda Colombia tiene muchos retos para mejorar en este campo. Debe
fortalecer las instituciones dedicadas a la investigación,
fomentar los estudios de doctorado y posdoctorado e incentivar las
producciones científicas. Pero todo esto requiere mucho
dinero, y un aumento de las partidas destinadas a fomentar la ciencia,
tecnología e innovación sería mucho
más fácil en un contexto de paz.
Tomado de la Revista Semana,
edición 1679.