Programa
‘ser pilo’ es un desastre
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Pedro Prieto Pulido docente de la Universidad del
Valle.
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A pocas semanas
de entrar en marcha el programa “Ser pilo
Paga”, con el que el Gobierno becó a los
10.000 mejores bachilleres del país, ya hay voces que han
puesto en duda sus bondades. Pedro Prieto Pulido, físico y
representante de los profesores en el Consejo Superior de la
Universidad del Valle, calificó este plan como
“una buena idea con efectos desastrosos para la
educación pública superior”.
“El
programa “Ser Pilo Paga” es un desastre porque
resulta ventajoso para las universidades privadas”,
advirtió Prieto Pulido. “El 96% de las 10 mil
becas, entregadas por este gobierno, se fueron a las instituciones
privadas. Es decir, a los Andes, la Javeriana, la Salle, la del
Rosario, la del Norte, la Icesi, la Autónoma, muy a pesar de
que entre las únicas cuatro universidades con alta
acreditación por 10 años que hay en el
país, solo hay una privada: los Andes”.
La idea–dijo Prieto, quien fue durante 5 años,
entre 2009 y 2014, miembro del Consejo Nacional de
Acreditación, es que los jóvenes con mejores puntajes
ingresaran a las universidades acreditadas. Una universidad acreditada
es una institución que ha pasado por una
autoevaluación y una revisión de pares.
Para entender mejor lo que está pasando, Prieto
aclaró que en el país solo hay 26 instituciones
educativas del orden superior que están acreditadas. De
esas, solo cuatro tienen acreditación por 10
años, que es la máxima entregada a nivel
nacional. Esas cuatro universidades son: la Nacional, Los Andes, la de
Antioquia y la Universidad del Valle.
Para entender qué significa una máxima
acreditación, Prieto afirma que una institución
acreditada a 4 años es la que tiene un voto de confianza,
pero le falta; a 6 años, está bien establecida
por mejorar; a 8 años, está bien establecida, sus
procesos bien organizados y cuenta con una buena planta de profesores;
a 10 años, es un referente internacional”.
Y aclara: “En la educación superior en Colombia
hay de todo. Desde educación superior de alta calidad con
reconocimiento internacional hasta de muy baja calidad. Esta
última constituye más del 80% de la
educación superior del país. En Colombia, solo el
12% de los 280 instituciones de educación superior que hay
clasifican entre lo que se considera de alta calidad”.
“La idea de “Ser Pilo Paga” es que los
jóvenes de los estratos más pobres del
país y con las mejores calificaciones en las pruebas Saber
11, lleguen a las universidades acreditadas, pero ocurrió
que el 96% de las 10 mil becas o aplicaciones se fueron a las
instituciones privadas”.
Para dar un ejemplo de la aberración de “Ser Pilo
Paga”, Prieto citó: “La Universidad de
la Salle está acreditada tan solo a 6 años, pero
resulta que del programa de becas del gobierno fueron a parar a sus
aulas 1.200 estudiantes, mientras que a la Universidad del Valle,
acreditada a diez años, solo lo hicieron 131”.
Los contradictores de esta política pública
afirman que, si en 2015 las 10 mil becas le significarán al
Gobierno una inversión de 155 mil millones de pesos,
subsidiar el estudio de 40 mil beneficiarios en los 4 años
del gobierno Santos (los últimos estarían
terminando en 2022) le costará al país unos 3.3
billones de pesos, monto muy similar a lo que cada año
desembolsa el gobierno para las 32 universidades públicas
del país.
Es decir, sostiene Prieto, “pagar el estudio de los 40 mil
mejores bachilleres tendrá un costo similar a lo que le
cuesta al Estado transferir recursos para el funcionamiento de toda la
universidad pública colombiana (cerca de un
millón de estudiantes) en un año”.
“Sin querer, el programa “Ser Pilo Paga”
ha pasado a ser el financiador de la educación privada del
país, pues son estas instituciones las que están
acaparando casi el total de las matrículas, con un alto
costo para el Estado y unos desembolsos que podrían
financiar el estudio de un mayor número de
jóvenes pobres, pues las matrículas en las
universidades públicas son menos onerosas”.
Aunque nadie puede culpar a las universidades privadas de estar
acaparando las becas, los expertos como Pedro Prieto Pulido consideran
que el programa “Ser Pilo Paga” debe ser evaluado.
“Una salida democrática al asunto es que esas
becas se distribuyan de manera equitativa entre públicas y
privadas. Pero hoy esa posibilidad se dejó abierta, y lo que
hay que hacer es restringirla”.
El profesor Prieto Pulido, quien hizo parte durante tres
años de la junta directiva del Icetex, fue incluso
más lejos en su propuesta: La idea es que los estudiantes
becados por el Gobierno se gradúen en los Andes o la Valle,
empiecen a devolver ese dinero de las becas una vez graduados, para que
otros puedan seguir accediendo a las becas. Más de uno lo va
a pensar en endeudarse con los altos costos de una universidad como los
Andes o de bajo costo como la Valle.
“Lo que ha habido aquí es un error de
cálculo en el planteamiento del plan”, sostuvo
Pedro Prieto, para quien el Programa Pilo ya ha generado problemas
serios. “Ya ha habido reacciones por la llegada de jóvenes de
estratos bajos a universidades elitistas. Eso va a tener sus
consecuencias, es un choque cultural serio”.
A pesar de los reparos que pueda tener “Ser Pilo
Paga”, Prieto considera, sin embargo, que el programa no hay
que acabarlo, sino hacerle seguimiento, ver cómo evoluciona.
“La idea me parece excelente, pero si el gobierno privilegia
el ingreso de estos becarios a las universidades públicas
habría más cupos para más estudiantes
en el país”.